Se encuentra próximo al grupo que forman los numerados como 6, 7, 8 y 9, aunque algo separado de todos ellos, en la vertiente opuesta de un pequeño arroyo. Junto con los mencionados antes, formaría un grupo separado de los numerados 1, 2, 3 y 4, que se encuentran al otro lado del valle que forma la Rivera de los Pinos.
Es un dolmen de galería con cuatro cámaras, dos de las cuales abren al corredor principal.
En el área de Zalamea la Real se han descubierto en torno a veinte dólmenes diferentes, algunos de ellos agrupados o muy próximos. Tal concentración de monumentos funerarios parece estar motivada por la presencia de los ricos yacimientos mineros de la zona, como la mina de Chinflón. Aunque la economía en la época de construcción de los dólmenes cabe suponer que se fundamentara en la agricultura, ganadería, caza y recolección, la actividad minera como fuente de un recurso valioso debió servir, además de fuente de riqueza basada en el intercambio con otros pueblos, como factor aglutinante de una población mantenida a lo largo de un período de tiempo prolongado.
La construcción de tales monumentos es indicativo de las complejas creencias y ritos practicados por aquellos pueblos, además de que el ajuar encontrado, aunque muy escaso, permite obtener alguna información acerca de su forma de vida. Por otra parte, el propio proceso constructivo implica una organización social jerarquizada.