Fue realizado en 1903 por el escultor vallisoletano Aurelio Rodríguez Vicente Carretero.
Con motivo de honrar la memoria del repoblador de Valladolid, surgieron iniciativas de levantar un conjunto conmemorativo ya desde finales del siglo XIX. Sin embargo, los avatares políticos y económicos de la época frustraron entonces tales intenciones.
En 1884, el Ayuntamiento de Valladolid decidió levantar un monumento a su figura, para lo cual se acordó abrir una suscripción popular. El monumento habría de ser erigido en la plaza de San Miguel. Poco antes de esa fecha el escultor municipal Nicolás Fernández de la Oliva diseñó un proyecto de escultura, que llegó a ser aprobado, pero su ejecución nunca se llevó a cabo. En 1886, la corporación municipal volvió a plantearse el proyecto, tras presentar Fernández de la Oliva otros dos diseños para el monumento pero cambiando su ubicación, pues ahora habría de ser levantado en la plaza Mayor. En 1887 comenzaron los trabajos de reforma del entorno de su emplazamiento, levantándose un pequeño jardín que rodearía la estatua y colocándose hileras de piedra para la colocación de una verja de hierro que protegería el conjunto. El proyecto aprobado del pedestal y escultura de Oliva fue presentado en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción para su examen; la estatua era de mármol y el pedestal bizantino, con las representaciones alegóricas de la lealtad y la inteligencia en los costados de su segundo cuerpo. No obstante, la revolución de 1868 y las dificultades económicas que atravesaba la ciudad determinaron que el proyecto no se completase.
En 1900 se retomó la idea de erigir este monumento. El escultor vallisoletano Aurelio Rodríguez Vicente Carretero ofreció al Ayuntamiento una propuesta para su construcción que fue aceptada por la corporación municipal. Era este un proyecto caracterizado por su austeridad lo que en último término determinó la materialización del mismo.
La estatua del conde, de sencilla concepción, fue trazada con líneas vigorosas y ausencia de ornamentos externos a ella. El vestido es a la usanza de la época de Alfonso VI y porta espada y escudo.El cuerpo se encuentra inclinado hacia atrás con la pierna derecha ligeramente adelantada. En su mano derecha porta el pendón de Castilla mientras que con la izquierda sujeta enrollado el documento de fundación de la ciudad.
En 1901 fue aprobada su instalación en la plaza Mayor, pero el monumento fue inaugurado finalmente en 1903 debido a problemas en el suministro de bronce y a la controversia en torno a la autoría del pedestal, pues aunque el diseño se encontraba en la memoria de Carretero se apuntó la posibilidad de que fuera el arquitecto municipal quien finalmente lo realizase.
Carretero señaló la necesidad de que el pedestal fuese realizado con piedra de Campaspero siguiendo el proyecto de Agapito y Revilla, arquitecto municipal. Su estructura es de base cuadrangular pero adoptando forma piramidal en el basamento y en el soporte de la escultura. La obra se inició en 1903 y posteriormente el Ayuntamiento realizó el encargo al escultor de los relieves de bronce que ornamentan las caras laterales.
El relieve que encara la acera de San Francisco presenta un escudo coronado, una figura femenina sentada y el lema:
Año de 1903
La ciudad de Valladolid erige este monumento a la memoria de su protector y magnánimo bienhechor el Conde D. Pedro Ansúrez. Siglos XI-XII.
El relieve que mira hacia la casa Consistorial contiene las formas del escudo de la ciudad, mientras que los dos restantes narran episodios de la vida de Pedro Ansúrez: en el primero la presentación de Ansúrez ante el Rey, montado a caballo y con soga al cuello y en el segundo, las obras de la iglesia de Santa María La Antigua, por observarse el perfil de su característica torre puesto que la escena no remite a un edificio concreto y el relieve se traduce únicamente en la figura de Ansúrez en primer plano examinando unos planos, con un cantero a su derecha y una escalera tras la que se observa un edificio en construcción.
El entorno del monumento ha variado significativamente con el tiempo desde su inauguración en 1903. Tres años más tarde fue colocada a su alrededor una verja de hierro que lo acotaba que fue sustituida más tarde por un jardín que fue finalmente suprimido.
Ansúrez, Pedro. Conde de Carrión y de Saldaña. ?, c. 1037 – c. 1118. Noble, magnate principal de la corte de Alfonso VI.
Desempeñó a lo largo de cincuenta años un papel destacado en los reinados de Alfonso VI (1065-1109) y de su hija Urraca (1109-1126). Su nombre tiene una presencia sin parangón en los diplomas de Alfonso VI, en primera posición en la nómina de sus confirmantes, indicio de una posición eminente en la curia real. La Crónica Najerense, posterior a los hechos en noventa años, dice de él que fue ayo (nutricius) de Alfonso VI, noticia dudosa en su significado estricto, pues ambos personajes eran de edad similar y es improbable que Fernando I le confiara la educación de su hijo. Lucas de Tuy señala, en términos más plausibles, que Alfonso VI, cuando buscó refugio en Toledo, se regía por su consejo y le escuchaba “como si fuera su discípulo”. Fue, a lo que parece, el mentor de Alfonso VI en la fase inicial del reinado, cuando el monarca había superado los veinticinco años. Durante unos meses del año 1067 figura también como su mayordomo, el primero de la larga serie que tuvo Alfonso VI.
Pedro Ansúrez era hijo de Asur Díaz, asiduo cortesano de Fernando I, conde y cabeza de un poderoso linaje al que los musulmanes llamaron los Benigómez, descendientes de un famoso Gómez Díaz, conde de Saldaña y yerno del conde castellano Fernán González.
It was made in 1903 by the Valladolid sculptor Aurelio Rodríguez Vicente Carretero.
With the purpose of honoring the memory of the repopulator of Valladolid, initiatives arose to build a commemorative complex since the end of the 19th century. However, the political and economic vicissitudes of the time frustrated such intentions.
In 1884, the Valladolid City Council decided to raise a monument to his figure, for which it was agreed to open a popular subscription. The monument was to be erected in the Plaza de San Miguel. Shortly before that date, the municipal sculptor Nicolás Fernández de la Oliva designed a sculpture project, which was approved, but its execution was never carried out. In 1886, the municipal corporation considered the project again, after Fernández de la Oliva presented two other designs for the monument but changing its location, since now it would have to be built in the Plaza Mayor. In 1887 work began to reform the surroundings of its location, raising a small garden that would surround the statue and laying rows of stone for the placement of an iron fence that would protect the complex. The approved project for Oliva's pedestal and sculpture was presented to the Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción for examination; the statue was made of marble and the pedestal was Byzantine, with allegorical representations of loyalty and intelligence on the sides of its second body. However, the revolution of 1868 and the economic difficulties that the city was going through determined that the project was not completed.
In 1900 the idea of ??erecting this monument was resumed. The Valladolid sculptor Aurelio Rodríguez Vicente Carretero offered the City Council a proposal for its construction that was accepted by the municipal corporation. This was a project characterized by its austerity that ultimately determined its materialization.
The statue of the count, of a simple conception, was drawn with vigorous lines and the absence of external ornaments. The dress is in the style of the time of Alfonso VI and carries a sword and shield. The body is leaning back with the right leg slightly forward. In his right hand he carries the banner of Castile while with his left he holds the document of the founding of the city rolled up.
In 1901 its installation in the Plaza Mayor was approved, but the monument was finally inaugurated in 1903 due to problems in the supply of bronze and the controversy surrounding the authorship of the pedestal, because although the design was in Carretero's memory it was He pointed out the possibility that it was the municipal architect who finally carried it out.
Carretero pointed out the need for the pedestal to be made with Campaspero stone following the project of Agapito y Revilla, municipal architect. Its structure has a quadrangular base but adopting a pyramidal shape in the base and in the support of the sculpture. The work began in 1903 and later the City Council commissioned the sculptor for the bronze reliefs that adorn the side faces.
The relief that faces the sidewalk of San Francisco presents a crowned shield, a seated female figure and the motto:
Year of 1903
The city of Valladolid erects this monument to the memory of its protector and magnanimous benefactor, Count D. Pedro Ansúrez. XI-XII centuries.
The relief that looks towards the Town Hall contains the shapes of the city's coat of arms, while the other two narrate episodes in the life of Pedro Ansúrez: in the first, the presentation of Ansúrez before the King, mounted on horseback and with a noose around his neck. and in the second, the works of the church of Santa María La Antigua, by observing the profile of its characteristic tower since the scene does not refer to a specific building and the relief is only translated into the figure of Ansúrez in the foreground examining some Plans, with a stonecutter to your right and a staircase behind which you can see a building under construction.
The environment of the monument has changed significantly over time since its inauguration in 1903. Three years later an iron fence was placed around it that delimited it, which was later replaced by a garden that was finally suppressed.
Ansurez, Pedro. Count of Carrión and Saldana. ?, c. 1037–c. 1118. Nobleman, main magnate of the court of Alfonso VI.
Over the course of fifty years, he played a prominent role in the reigns of Alfonso VI (1065-1109) and his daughter Urraca (1109-1126). His name has an unparalleled presence in the diplomas of Alfonso VI, in first position on the list of his confirmants, an indication of an eminent position in the royal curia. The Najerense Chronicle, ninety years after the events, says of him that he was tutor (nutricius) of Alfonso VI, doubtful news in its strict meaning, since both characters were of a similar age and it is unlikely that Fernando I entrusted him with the education of your son. Lucas de Tuy points out, in more plausible terms, that Alfonso VI, when he sought refuge in Toledo, was governed by his advice and listened to him "as if he were his disciple". He was, apparently, the mentor of Alfonso VI in the initial phase of the reign, when the monarch had exceeded twenty-five years. During a few months of the year 1067 he also appears as his butler, the first of the long series that Alfonso VI had.
Pedro Ansúrez was the son of Asur Díaz, a regular courtier of Fernando I, count and head of a powerful lineage that the Muslims called the Benigómez, descendants of a famous Gómez Díaz, count of Saldaña and son-in-law of the Castilian count Fernán González.
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