"La iglesia parroquial de San Juan del Puerto, dedicada a San Juan Bautista, es un edificio mudéjar tardío, aunque el aspecto actual obedece a diversas ampliaciones y reformas efectuadas durante la época barroca, muy especialmente las que llevó a cabo a partir de 1783 José Álvarez, maestro mayor de obras del arzobispado de Sevilla.
El espacio de la primitiva fábrica parroquial (tres primeros tramos de las naves y la capilla mayor) .
Durante los siglos XIX y XX se realizan nuevas reformas por desperfectos variados.
El templo parroquial de San Juan del Puerto presenta planta basilical y posee tres naves con cuatro tramos, con triple cabecera de testero plano sin crucero. De su interior pueden destacarse los arcos apuntados de origen mudéjar, así como las cubiertas de madera y ladrillo vidriado en las naves laterales y la bóveda de cañón con lunetos en la nave central.
Hacia los pies de la iglesia se ubican el coro bajo y la tribuna del coro y órgano en los intercolumnios, tras la ampliación de José Álvarez.
En el exterior destacan las portadas, hacia el norte y hacia el sur, con diseño clásico de orden dórico. Como detalle curioso, en el portón de madera de la puerta norte perduran los clavos de metal, con la inscripción «Ecce Agnus Dei 1726».
Otro elemento interesante, por su peculiaridad, es la torre parroquial, de tres cuerpos, destacando por su anchura y por la ausencia total de decoración, a excepción del chapitel, de azulejería polícroma.
El patrimonio artístico de la iglesia parroquial de San Juan Bautista fue enriqueciéndose desde su origen con importantes imágenes, obras pictóricas y objetos sagrados, así como de otras esculturas procedentes del convento del Carmen y de las distintas ermitas de la Villa. Por fortuna, en la actualidad la Parroquia de San Juan del Puerto conserva un importante número de piezas de interés de diversas épocas y estilos, que destacamos brevemente a continuación.
En la nave del evangelio existen siete retablos. A los pies de esta nave, junto al coro, se encuentra el almacen de la Parroquia, donde entre otros objetos se guarda el monumento del Jueves Santo. El primero de los retablos de la nave del evangelio es el dedicado a la Inmaculada, en madera y yeserías de colores. La imagen de candelero para vestir, conocida como la Inmaculada o Pureza «Vieja», es una interesante obra del siglo XVI, restaurada en 1992 por Juan Manuel Miñarro López.
A continuación se sitúa el retablo de Nuestra Señora de los Dolores y del Cristo Yacente.
Tras la puerta norte, un retablo-vitrina blanco y con líneas doradas alberga el simpecado de la Virgen del Rocío, de terciopelo verde, bordado en oro por Esperanza Elena Caro entre 1973 y 1975, siendo la imagen de la Virgen, en plata y marfil, del orfebre Fernando Marmolejo.
El retablo de las Ánimas, jaspeado y dorado, presenta un lienzo con la Santísima Trinidad y las ánimas benditas del purgatorio, realizado por el pintor sanluqueño Rafael Blas Rodríguez.
Por último, el retablo de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, compuesto con fragmentos dorados de diversos altares de la Parroquia.
En la capilla mayor, destaca en primer lugar la decoración pictórica, por José Corbalán (1781), donde aparecen los evangelistas, ángeles, los Padres de la Iglesia, etc.
El retablo mayor fue realizado en 1955 por los talleres salesianos de La Trinidad, en Sevilla, presidido en su hornacina central por San Juan Bautista, la imagen titular del templo. A ambos lados destacan las imágenes de San Telmo (siglo XVIII) y Santa Ana con la Virgen Niña (siglo XIX).
En el segundo cuerpo, en la hornacina central se sitúa la Virgen de Consolación, obra sevillana del siglo XVI, flanqueada por las imágenes de Santa Rita de Casia y San Nicolás de Bari.
En la nave de la epístola, junto al presbiterio, se encuentra la capilla sacramental, decorada con pinturas de estilo Art Nouveau, en 1930. En esta capilla destaca también el pequeño grupo escultórico de la Sagrada Familia (siglo XVIII) y un lienzo de la Inmaculada, de Perea Sánchez (1984).
El siguiente retablo es el de la Inmaculada Concepción, de 1943, de Enrique Gómez del Castillo.
A continuación se encuentra la imagen de San Vicente de Paúl y una vitrina con un antiguo simpecado de la Virgen del Rocío.
Le sigue el retablo del Cristo de la Misericordia, con fragmentos del antiguo retablo mayor (1765). La imagen del crucificado es obra de Juan de Oviedo el Viejo (1591), formando un calvario con la Virgen y San Juan Evangelista, de Diego López Bueno, de 1610.
A continuación está María Auxiliadora (siglo XX) y, al fondo de la nave de la epístola, la capilla bautismal, con un azulejo del bautismo de Cristo firmado por Antonio Kiernam Flores, en 1968.
Finalmente, en la sacristía se encuentran otras imágenes y piezas artísticas de notable valor. Es el caso del Cristo del Amor, de Diego López Bueno, que formaba un calvario en el primitivo altar mayor con las dos imágenes que en la actualidad acompañan al Cristo de la Misericordia.
En cuanto a orfebrería, destacan un cáliz de plata sobredorada del siglo XVI, un ostensorio de cobre dorado del siglo XVII, un cáliz de plata del siglo XVII, un copón de plata donado por D. Pedro de Lepe, obispo de Calahorra (siglo XVII), las piezas orfebrería de la Virgen del Carmen (siglo XIX) o el ostensorio de plata dorada de Villareal, de 1968, entre otros."
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"The parish church of San Juan del Puerto, dedicated to San Juan Bautista, is a late Mudejar building, although its current appearance is due to various extensions and reforms carried out during the Baroque era, especially those carried out from 1783 onwards by José Álvarez, senior master of works of the archbishopric of Seville.
The space of the primitive parish factory (first three sections of the naves and the main chapel).
During the 19th and 20th centuries, new renovations were carried out due to various defects.
The parish temple of San Juan del Puerto has a basilica plan and has three naves with four sections, with a triple head with a flat front without a transept. From its interior, the pointed arches of Mudejar origin can be highlighted, as well as the wooden and glazed brick roofs in the side naves and the barrel vault with lunettes in the central nave.
Towards the foot of the church, the lower choir and the choir and organ gallery are located in the intercolumnia, after the expansion by José Álvarez.
On the outside, the portals stand out, towards the north and towards the south, with a classic Doric order design. As a curious detail, metal nails remain on the wooden gate of the north door, with the inscription "Ecce Agnus Dei 1726."
Another interesting element, due to its peculiarity, is the parish tower, with three sections, standing out for its width and the total absence of decoration, with the exception of the spire, made of polychrome tiles.
The artistic heritage of the parish church of San Juan Bautista was enriched from its origin with important images, pictorial works and sacred objects, as well as other sculptures from the convent of Carmen and the different hermitages of the town. Fortunately, currently the Parish of San Juan del Puerto preserves a significant number of pieces of interest from various periods and styles, which we briefly highlight below.
In the nave of the gospel there are seven altarpieces. At the foot of this nave, next to the choir, is the Parish warehouse, where among other objects the Holy Thursday monument is kept. The first of the altarpieces in the gospel nave is the one dedicated to the Immaculate Conception, in wood and colored plasterwork. The image of a candlestick to wear, known as the Immaculate Conception or “Old” Purity, is an interesting work from the 16th century, restored in 1992 by Juan Manuel Miñarro López.
Next is the altarpiece of Our Lady of Sorrows and the Recumbent Christ.
Behind the north door, a white altarpiece-showcase with golden lines houses the simpecado of the Virgen del Rocío, made of green velvet, embroidered in gold by Esperanza Elena Caro between 1973 and 1975, being the image of the Virgin, in silver and ivory. , by the goldsmith Fernando Marmolejo.
The altarpiece of the Souls, marbled and gilded, presents a canvas with the Holy Trinity and the blessed souls of purgatory, made by the San Luqueño painter Rafael Blas Rodríguez.
Finally, the altarpiece of Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, composed with golden fragments from various altars in the Parish.
In the main chapel, the pictorial decoration stands out first, by José Corbalán (1781), where the evangelists, angels, the Fathers of the Church, etc. appear.
The main altarpiece was made in 1955 by the Salesian workshops of La Trinidad, in Seville, presided over in its central niche by Saint John the Baptist, the titular image of the temple. On both sides, the images of San Telmo (18th century) and Santa Ana with the Virgin Girl (19th century) stand out.
In the second body, in the central niche, there is the Virgin of Consolation, a work from Seville from the 16th century, flanked by the images of Santa Rita de Casia and San Nicolás de Bari.
In the nave of the epistle, next to the presbytery, is the sacramental chapel, decorated with Art Nouveau style paintings, in 1930. In this chapel, the small sculptural group of the Holy Family (18th century) and a canvas of the Inmaculada, by Perea Sánchez (1984).
The next altarpiece is that of the Immaculate Conception, from 1943, by Enrique Gómez del Castillo.
Below is the image of Saint Vincent de Paul and a display case with an old simpecado of the Virgen del Rocío.
It is followed by the altarpiece of the Christ of Mercy, with fragments of the old main altarpiece (1765). The image of the crucified man is the work of Juan de Oviedo the Elder (1591), forming a Calvary with the Virgin and Saint John the Evangelist, by Diego López Bueno, from 1610.
Next is María Auxiliadora (20th century) and, at the back of the epistle nave, the baptismal chapel, with a tile of the baptism of Christ signed by Antonio Kiernam Flores, in 1968.
Finally, in the sacristy there are other images and artistic pieces of notable value. This is the case of the Christ of Love, by Diego López Bueno, which formed a calvary on the primitive main altar with the two images that currently accompany the Christ of Mercy.
As for goldsmithing, a gilded silver chalice from the 16th century stands out, a gilded copper monstrance from the 17th century, a silver chalice from the 17th century, a silver ciborium donated by D. Pedro de Lepe, bishop of Calahorra (17th century ), the goldsmith's pieces of the Virgen del Carmen (19th century) or the gilded silver monstrance of Villareal, from 1968, among others."
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