[ES] ”En 1783 los duques de Osuna compraron una finca situada en la villa de Alameda. En ella construyeron el palacio actual y la mayor parte de las arquitecturas del jardín. La propiedad, que permaneció en manos de la familia nobiliaria hasta 1882, fue declarada monumento histórico-artístico en 1934. Durante la Guerra Civil fue convertida en Cuartel General del Ejército y sólo pasó a manos del ayuntamiento de Madrid en 1974.
La primera fase de la recuperación que conllevó la entrega del premio Europa Nostra comenzó en 1986 con la creación de una Escuela-Taller, dirigida a la mejora de los jardines, y con la recopilación de los documentos escritos y gráficos sobre su historia. Se procedió asimismo a la primera consolidación de los edificios de la finca. Se tuvo en todo momento en cuenta el plano histórico del Instituto Geográfico Nacional de 1870, obra de Juan Gutiérrez, así como las pocas fotografías de época existentes. La segunda fase de la intervención se desarrolló entre 1999 y 2001. Durante estos años se instaló el riego automático y se restauraron la Casa de Cañas, donde se repararon el revestimiento de la fachada y las pinturas murales del interior, y las arquitecturas Abejero, Casino de Baile, y Ermita.”
(Fuente)
“El Parque El Capricho es uno de los jardines públicos de Madrid más interesantes de visitar. En su interior se combina una naturaleza frondosa con pequeñas construcciones que en su día fueron diversiones o caprichos al servicio de la aristocracia.
Fue creado por los duques de Osuna, especialmente gracias al impulso de la duquesa, María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Su construcción se inició en 1787 y se desarrolló hasta 1839.
El Parque El Capricho refleja muchas de las inquietudes del siglo XVIII. En cierto modo, podemos verlo como un parque temático de la Ilustración y el Romanticismo, con atracciones de la época. Por su belleza, se suele comparar con los reales sitios, como Aranjuez o La Granja.
Qué ver en el Parque El Capricho
La duquesa de Osuna fue una de las damas más notables de su época, protectora de artistas e intelectuales. En su jardín quiso crear un lugar de recreo y divertimento que agradara a su familia e invitados. Por eso hay tantos elementos interesantes que es casi imposible verlos todos.
Lo primero que encontramos al avanzar por el sendero es una Plaza de Recibimiento. Se dice que aquí los duques daban la bienvenida a sus invitados, a veces con corridas de toros. Un poco más adelante nos encontramos con el parterre de los Duelistas, dos figuras de espaldas la una a la otra que simbolizan la costumbre de los desafíos a muerte de entonces. Están a unos 40 pasos de distancia, que es la que adoptaban los duelistas para dispararse.
De camino hacia el palacio, pasamos por la Plaza de los Emperadores, uno de los espacios más destacados. Se rodea de estatuas de emperadores romanos y filósofos. En un lado está la Exedra, un templete semicircular rodeado de esfinges con el busto de la duquesa en medio.
Más allá tenemos un Parterre con fuentes que adorna la entrada al palacio. Y a la derecha está el famoso Laberinto, con sus setos recortados dibujando formas en las que es difícil encontrar la salida.
Al final de este paseo llegamos al Palacio de los Duques de Osuna, una construcción de la que se habla poco porque no tiene gran importancia. Ya desde su construcción, lo más importante era el jardín y sus distintos elementos. Sin embargo, está previsto que albergue un museo dedicado a la duquesa, al parque y a la Ilustración.
En la Guerra Civil, el palacio se convirtió en cuartel general del ejército republicano. A su lado se construyó el Bunker llamado Posición Jaca, a 14 metros bajo la cota. Preparado para la guerra química y capaz de resistir bombas de 100 toneladas, ahora es posible visitarlo previa inscripción.
El camino que sale del palacio lleva hasta el Templete de Baco, imagen icónica de El Capricho. Elevado sobre la colina, en su interior descansa la estatua del dios del vino. A poca distancia está el Abejero, una construcción donde la duquesa, tras un cristal, veía a las abejas en su labor diaria.
La Columna de Saturno se sitúa en el centro de una rueda formada por seis calles radiales. Muy en consonancia con otros monumentos del Parque El Capricho, la pieza representa al dios Saturno en el momento de devorar a su hijo. A poca distancia está la Casa del Artillero, construido como ruina, y un Fortín de juguete.
El Fortín marca el inicio de la famosa Ría del recinto. Este canal fue navegable en tiempos de la duquesa, que lo recorría con sus amigos en pequeñas embarcaciones. En unos minutos podía llegar al Estanque, a cuya entrada se sitúa el Puente de Hierro, una de las construcciones más curiosas.
Dentro del Estanque hay una Isla muy pintoresca que da gran exotismo al paisaje. En su interior está el monumento al III Duque de Osuna, de donde cae una pequeña cascada de agua. En este y otros estanques del Parque El Capricho es habitual ver patos y otras aves.
Al otro lado del Estanque, la Ría llega hasta el Casino de Baile, levantado sobre unas antiguas ruinas. Esta construcción de dos plantas es cuadrada en su base y octogonal en la primera. A su lado hay un Jardín de Flores que suele estar muy colorido.
Regresando a la entrada del Parque encontramos la Casa de la Vieja, una casa de labranza. En su momento estuvo habitada por una familia, incluyendo a la abuela que se sentaba a hilar. Hacia el medio del recinto está la Ermita, que en su día también estuvo habitada por un ermitaño. En ambos casos, las personas acabaron siendo sustituidas por autómatas.
Además de lo mencionado, hay otros elementos atractivos en el recinto. Por ejemplo, están las grutas de piedras, una junto al Laberinto y otra en el Jardín de la Fuente de las Ranas. También una Casa de Vacas, más estanques, otras fuentes,...”
(Fuente)
[EN]”In 1783 the Dukes of Osuna bought an estate located in the district of Alameda. On it, they built the current palace and created most of the landscaping. The property, which remained in the hands of the noble family until 1882, was declared a historical-artistic monument in 1934. During the Civil War, it was converted into Army Headquarters and only passed into the hands of the Madrid City Council in 1974.
The first phase of the recovery that led to the Europa Nostra award began in 1986 with a school/workshop, aimed at improving the gardens, and with the compilation of written and graphic documents on their history. The first consolidation of the buildings on the estate was also carried out. The historical plan of the National Geographic Institute of 1870, the work of Juan Gutiérrez, was taken into account at all times, as well as the few existing period photographs. The second phase of the works took place between 1999 and 2001. During these years, automatic irrigation was installed, and the Casa de Cañas was restored, where the cladding of the façade and the interior wall paintings were repaired, as well as the constructions of Abejero, Casino de Baile, and chapel.”
(Source)
“El Capricho Park is one of the most interesting public gardens in Madrid to visit. Inside, lush nature is combined with small buildings that were once amusements or whims (in Spanish “caprichos”) at the service of the aristocracy.
It was created by the dukes of Osuna, especially thanks to the encouragement of the duchess, María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Its construction began in 1787 and continued until 1839.
El Capricho Park reflects many of the concerns of the 18th century. In a way, we can see it as a theme park of the Enlightenment and Romanticism, with attractions from the time. Due to its beauty, it is often compared to real places, such as Aranjuez or La Granja.
What to see in El Capricho Park
The Duchess of Osuna was one of the most notable ladies of her time, protector of artists and intellectuals. In her garden she wanted to create a place for recreation and entertainment that would please her family and her guests. That's why there are so many interesting elements that it is almost impossible to see them all.
The first thing we find as we move along the path is a Reception Square. It is said that the dukes welcomed their guests here, sometimes with bullfights. A little further on we find the bed of the Duelists, two figures with their backs to each other that symbolize the custom of challenges to the death of that time. They are about 40 steps away, which is what the duelists used to shoot each other.
On the way to the palace, we passed through the Emperors Square, one of the most notable spaces. It is surrounded by statues of Roman emperors and philosophers. On one side is the Exedra, a semicircular temple surrounded by sphinxes with the bust of the duchess in the middle.
Beyond we have a Parterre with fountains that adorns the entrance to the palace. And to the right is the famous Labyrinth, with its trimmed hedges drawing shapes in which it is difficult to find the exit.
At the end of this walk we arrive at the Palace of the Dukes of Osuna, a construction that is little talked about because it is not of great importance. Since its construction, the most important thing was the garden and its different elements. However, it is planned to house a museum dedicated to the duchess, the park and the Enlightenment.
In the Civil War, the palace became the headquarters of the Republican army. Next to it, the Bunker called Position Jaca was built, 14 meters below the level. Prepared for chemical warfare and capable of withstanding 100-ton bombs, it is now possible to visit it upon registration.
The path that leaves the palace leads to the Bacchus temple, the iconic image of El Capricho. Elevated on the hill, inside rests the statue of the god of wine. A short distance away is the Beekeeper, a building where the duchess, behind a glass, watched the bees in their daily work.
The Column of Saturn is located in the center of a wheel made up of six radial streets. Very much in line with other monuments in El Capricho Park, the piece represents the god Saturn at the moment of devouring his son. A short distance away is the Artillero's House, built as a ruin, and a toy Fort.
The Fortín marks the beginning of the famous Ría of the enclosure. This canal was navigable in the time of the Duchess, who traveled along it with her friends in small boats. In a few minutes she could reach the Pond, at whose entrance is the Iron Bridge, one of the most curious constructions.
Inside the Pond there is a very picturesque Island that gives great exoticism to the landscape. Inside is the monument to the III Duke of Osuna, from where a small waterfall falls. In this and other ponds in El Capricho Park it is common to see ducks and other birds.
On the other side of the Pond, the Estuary reaches the Dancing Casino, built on some ancient ruins. This two-story construction is square at its base and octagonal at the first. Next to it there is a Flower Garden that is usually very colorful.
Returning to the entrance of the Park we find the Casa de la Vieja, a farm house. At one time it was inhabited by a family, including the grandmother who sat spinning. Towards the middle of the enclosure is the Hermitage, which was also once inhabited by a hermit. In both cases, people ended up being replaced by automatons.
In addition to what was mentioned, there are other attractive elements in the facility. For example, there are the stone grottoes, one next to the Labyrinth and another in the Frog Fountain Garden. Also a Cow House, more ponds, other fountains,...”
(Source)