La institución parroquial data de 1501 cuando la parroquia de Pampaneira fue adscrita a la de Capileira de Poqueira. Exactamente, el 15 de octubre de dicho año, Diego Hurtado de Mendoza, arzobispo de Sevilla, erigió canónicamente la parroquia de Pampaneira junto a otras 44 erigidas en las tahas alpujarreñas.
La primitiva iglesia debió construirse en el segundo tercio del siglo XVI y no fue quemada durante la sublevación de los moriscos de 1570, por lo que una década más tarde se encontraba en buen estado. El visitador de las iglesias de las Alpujarras granadinas dejó escrito en 1579 que al llegar a Pampaneira vivían entonces 10 vecinos (alrededor de 40 habitantes) y se encontraron la iglesia sana, sin quemar, aunque sin sacerdote que la atendiera.
El albañil Francisco Sánchez hizo algunas obras en 1587. En 1621 se decía que Pampaneira, con 14 vecinos tenía “iglesia pequeña, aunque antigua”. De nuevo, Diego González la repara en 1667.
Debido a que amenazaba ruina, en 1718 el maestro Manuel de Alda Pérez fue a reconocer el sitio donde se tenía que levantar la nueva iglesia y tasar la obra. La iglesia antigua debió permanecer en pie durante un tiempo, en el cual pasó a ser ermita de Santa Lucía. Actualmente no queda nada de ella. Sólo existe en la parte alta del pueblo una era de la ermita, en la que probablemente estuviera situada.
El actual templo data de comienzos del siglo XVIII. Las obras comenzaron en 1726 y finalizaron en 1730, como queda descrito en el acta de colocación de la primera piedra. En 1728 Alfonso Aguirre viaja a Pampaneira a elegir los árboles para la armadura. Dicha armadura es un ejemplo de la pervivencia de la arquitectura religiosa mudéjar en la primera mitad del setecientos. Es junto con los templos de Bayacas y Cáñar uno de los escasos ejemplos que existen de artesonado mudéjar en la Alpujarra granadina.
El templo parroquial, constituido por una única nave, posee un espléndido artesonado de estilo mudéjar y cuatro retablos de madera de los siglos XVII y XVIII. Antiguamente existía un retablo más de madera dorado dedicado a San José y otro retablo pintado sobre la pared dedicado a Santa Filomena.
La torre-campanario se encuentra situada en la cabecera del templo; es de planta cuadrada y posee dos cuerpos de altura.
Al entrar al Templo y avanzando por la izquierda, lo primero que podemos ver es el Santo Sepulcro. Más adelante se encuentran dos imágenes, San José y Santa Filomena, en cuyo honor existían dos retablos desaparecidos en la actualidad.
A continuación vemos el retablo del Nazareno, a cuyos lados se encuentran San Antonio Abad y San Antonio de Padua (s. XVII).
Sobre su peana se encuentra una bellísima imagen de Nuestra Señora de la Concepción.
Existe un segundo retablo que está dedicado a Nuestra Señora de los Remedios. En la parte superior se hallan dos lienzos representando a Santo Domingo de Silos, a la Santísima Trinidad y a Santo Domingo de Guzmán. En la parte inferior están las imágenes de San Francisco de Asís, Nuestra Señora de los Remedios y Santa Rita.
El retablo principal, del siglo XVIII, contiene las imágenes de, comenzando por la parte superior izquierda, Cristo Salvador, Cristo Crucificado y San Pedro; en la parte inferior el Ángel Custodio, Santa Lucía, el Resucitado, San Blas, San Ramón Nonato y Jesús atado a la Columna.
A continuación están una pequeña imagen de la Virgen del Carmen y un lienzo representando el Descendimiento de Cristo de la cruz.
Siguiendo el recorrido nos encontramos con el púlpito, tallado y dorado (s. XVIII) y con el retablo de la Virgen de los Dolores (s. XVII). En él nos encontramos a la Santa Cruz, titular de la parroquia, y al Sagrado Corazón de Jesús. En la parte superior se encuentra un lienzo que representa a la Anunciación del Ángel a la Virgen. Este retablo posee la particularidad de tener diecisiete pinturas hechas sobre tabla, en las que se presentan a Jesús, a la Dolorosa, paisajes alegóricos, santos franciscanos y dominicos, y al niño Jesús.
Finalmente nos encontramos con un Crucifijo con las Ánimas del Purgatorio implorando de su misericordia.
The parochial institution dates from 1501 when the parish of Pampaneira was attached to that of Capileira de Poqueira. Exactly, on October 15 of that year, Diego Hurtado de Mendoza, Archbishop of Seville, canonically erected the parish of Pampaneira along with 44 others erected in the tahas of Alpujarra.
The original church must have been built in the second third of the 16th century and was not burned during the Moorish uprising of 1570, so a decade later it was in good condition. The visitor to the churches of the Alpujarras of Granada wrote in 1579 that when he arrived in Pampaneira, 10 residents lived at that time (around 40 inhabitants) and they found the church healthy, without burning, although without a priest to attend to it.
The mason Francisco Sánchez did some work in 1587. In 1621 it was said that Pampaneira, with 14 neighbors, had a "small, although old church". Again, Diego González repaired it in 1667.
Due to the threat of ruin, in 1718 the teacher Manuel de Alda Pérez went to recognize the site where the new church had to be built and appraise the work. The old church must have remained standing for a while, in which it became the hermitage of Santa Lucía. Currently there is nothing left of it. There is only one era of the hermitage in the upper part of the town, in which it was probably located.
The current temple dates from the beginning of the 18th century. The works began in 1726 and ended in 1730, as described in the act of laying the first stone. In 1728 Alfonso Aguirre traveled to Pampaneira to choose the trees for the armor. This armor is an example of the survival of Mudejar religious architecture in the first half of the seven hundred. Together with the temples of Bayacas and Cáñar, it is one of the few examples that exist of Mudejar coffered ceiling in the Alpujarras of Granada.
The parish church, made up of a single nave, has a splendid Mudejar-style coffered ceiling and four wooden altarpieces from the 17th and 18th centuries. Formerly there was one more golden wooden altarpiece dedicated to Saint Joseph and another painted altarpiece on the wall dedicated to Saint Philomena.
The bell tower is located at the head of the temple; It has a square floor plan and is two stories high.
Upon entering the Temple and advancing to the left, the first thing we can see is the Holy Sepulchre. Later on there are two images, San José and Santa Filomena, in whose honor there were two altarpieces that have disappeared today.
Next we see the altarpiece of the Nazarene, on whose sides are San Antonio Abad and San Antonio de Padua (17th century).
On its base is a beautiful image of Our Lady of Conception.
There is a second altarpiece that is dedicated to Our Lady of Remedies. In the upper part there are two canvases representing Santo Domingo de Silos, the Holy Trinity and Santo Domingo de Guzmán. At the bottom are the images of San Francisco de Asís, Nuestra Señora de los Remedios and Santa Rita.
The main altarpiece, from the 18th century, contains images of, starting from the upper left, Christ the Savior, Christ Crucified and Saint Peter; in the lower part the Guardian Angel, Saint Lucia, the Risen One, Saint Blaise, Saint Ramón Nonato and Jesus tied to the Column.
Below are a small image of the Virgen del Carmen and a canvas representing the Descent of Christ from the cross.
Continuing the route we find the carved and gilded pulpit (18th century) and the altarpiece of the Virgen de los Dolores (17th century). In it we find the Holy Cross, head of the parish, and the Sacred Heart of Jesus. In the upper part there is a canvas that represents the Annunciation of the Angel to the Virgin. This altarpiece has the particularity of having seventeen paintings made on panel, in which Jesus, Our Lady of Sorrows, allegorical landscapes, Franciscan and Dominican saints, and the baby Jesus are presented.
Finally we find a Crucifix with the Souls of Purgatory imploring his mercy.
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