ES: "La plaza de O Toural era un antiguo punto de venta de ganado y aprovisionamiento de agua. Sus casas señoriales de balcones forjados, muestran en los escudos nobles y galerías de cristal un buen catálogo de arquitectura tradicional compostelana.
Frente a la fuente del año 1822 puede verse el Pazo de Bendaña, palacio urbano del siglo XVIII, obra de Clemente Fernández Sarela. Remata su fachada la figura de Atlas que sostiene la bóveda celeste. En la actualidad, alberga a la Fundación Granell y el museo del mismo nombre, que recoge el legado del artista surrealista Eugenio Granell.
También sobresale en una de las viviendas una inmensa galería acristalada. Los visitantes que procedan del norte de España encontrarán en ella un elemento familiar. Y es que estas ‘trampas para el sol’ son señas de identidad de la arquitectura de la España septentrional, especialmente en los pueblos marineros. Su funcionamiento es sencillo y se basa en un principio similar al de los invernaderos. En invierno su misión es la de calentar la habitación contigua. Para ello se dejan abiertas las puertas de comunicación, que dejan pasar la luz del sol, mientras las ventanas permanecen cerradas. Llegado el verano tampoco hay que abrir las cristaleras, basta con hacer circular el aire por los ventanucos laterales, para que la corriente refresque la habitación anexa, mientras sus puertas permanecen cerradas.
Saliendo por el cantón de O Toural, avanzaremos por la calle de As Orfas, llamada así por la presencia de un convento fundado en el siglo XVII, en el que recibían enseñanza las niñas huérfanas de la ciudad. Su fachada barroca sorprende en medio de una sucesión de calles eminentemente comerciales, como la de Orfas y Calderería. Esta última recuerda, con su sonoro nombre, que Santiago fue y es una ciudad de buenos artesanos, que supo recibir a través del Camino de Santiago la tradición artesanal de toda Europa. La producción incluye orfebrería, velas, imágenes sagradas, cerámica, grabado, objetos de forja ornamental, vidrio, esmalte, tejidos o cuero.
Esta intensa actividad artesanal tenía que dejar su marca en el mapa compostelano. Es el caso de los barrios de Concheiros y Pelamios, donde se concentraban los vendedores de conchas y los curtidores de pieles, respectivamente, o las plazas de Platerías y Azabachería. Además, un oficio dio origen al gentilicio popular de picheleiros con el que se conoce a los compostelanos. La voz procede de ‘pichel’, es decir, ‘jarra de estaño’, y hace suponer que el trabajo de ese metal para barriles, lecheras y menaje estuvo largamente afincado en la ciudad, probablemente en esta calle que lleva el nombre de Calderería."
EN: "This square was the old point of sale for cattle and a water supply. Its stately houses with wrought-iron balconies still feature, in their coats of arms and glazed balconies, a wide range of traditional Compostela architecture.
Facing the fountain built in 1822 we can see Pazo de Bendaña, an urban palace from the 18th century built by Clemente Fernández Sarela. Crowning the façade is a sculpture of Atlas holding the vault of heaven. It now houses the Fundación Granell and its museum, containing the legacy of the surrealist artist Eugenio Granell.
A huge glazed balcony stands out in one of the houses. Visitors coming from the north of Spain will find it familiar, since this element is characteristic of Northern Spanish architecture, especially in fishing villages. Its functioning is very simple and is based on a similar principle to that of greenhouses. During the winter it is used to heat the room, for which it is necessary to leave the communicating doors open, so that the sunlight comes in, while the windows are kept shut. It is not necessary to open the windows in summer either. Letting the air circulate through the small side windows while the doors are kept closed, is sufficient to refresh the air in the adjoining room.
One of the corners of O Toural leads us to As Orfas street, so called due to the presence of a convent founded in the 17th century, in which orphan girls in the city received their education. Its baroque façade surprisingly appears among a series of shopping streets, such as that of As Orfas and Calderería. The name of this last one reminds us that Santiago was, and still is, a city of fine artisans, who were influenced by artisanal traditions that arrived from all over Europe along the Way of St. James. Their products include gold and silver works, candles, religious images, ceramics, engravings, decorative wrought-iron objects, glass, enamels, fabrics and leather.
This intense artisanal activity left its mark on Compostela’s map. This is the case of the Concheiros and Pelamios districts, where shell sellers and leather tanners, respectively, were located or the squares of Platerías and Azabachería. Moreover, one of these trades gave rise to the traditional nickname for Compostela residents, “picheleiros.” The name comes from “pichel,” which means “tin jug”, and suggests that working this metal for its use in barrels, churns and houseware was long established in the city, probably in this street called Calderería."
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