[ES] “El teatro Lara es un vetusto teatro a la italiana construido en 1879 en el número 15 de la Corredera Baja de San Pablo del madrileño Barrio de Maravillas, en el entorno de lo que desde el último tercio del siglo XX se conoce como zona Malasaña. Nació de la iniciativa particular del "plutócrata Cándido Lara", y fue inaugurado el 3 de septiembre de 1880. Entre los estrenos más importantes habidos en él, destacan Los intereses creados, de Jacinto Benavente, en 1907, y el ballet de Falla El amor brujo, en 1915. Dispone de un aforo de 464 personas y nueve palcos.
Historia
Aconsejado por el antiguo revendedor de billetes Ramón García, buen conocedor del funcionamiento del público madrileño, el empresario Cándido Lara, tan astuto negociante como ignorante en materia teatral, aceptó la sugerencia de aquel de incluir un teatro en el nuevo edificio de vecinos que estaba construyendo en la Corredera. Así fue levantado el Lara aprovechando los dos espaciosos patios de que disponía la finca y el solar contiguo a la calle de San Roque número 10. El proyecto fue del arquitecto Carlos Velasco que diseñó un local con tres vestíbulos, "pequeño, proporcionado y de agradable aspecto", conocido popularmente como la Bombonera de don Cándido. Fue inaugurado el 3 de septiembre de 1880 con la obra de Bretón de los Herreros Un novio a pedir de boca. Siguiendo la consigna de su opulento dueño y empresario de "contratar los actores más caros", se estrenó el local con la singular compañía formada por actores de la talla de Julián Romea, Balbina Valverde, o el cómico Antonio Riquelme.
El local, inspirado según algunos estudiosos en el «Palais Royal» parisino, presentaba fachada clásica con tres cuerpos con zócalo, "orden gigante intermedio" que abarcaba "dos plantas y las galerías de coronación". Dentro, la sala se distribuía en cuatro pisos con "delicada estructura de fundición y barandillas", todo con mucho gusto y bien proporcionado. El diseño incluía un café en la planta baja que no llegó a instalarse al negarse a ello los actores de la compañía reunida para el lanzamiento del local. Los planos muestran también que la entrada a los fosos del escenario se hacía por la finca vecina, con entrada por la calle de San Roque, que con las reformas sería sustituida por la escalera de incendios y la zona de carga y descarga. Debido a la normativa municipal vigente en 1872, dispone de claraboyas en la cúpula, telón de acero y dos depósitos de agua, uno en el techo y otro en el suelo, como medidas contra los incendios.
Sin especializarse en ningún género, abarcó desde el popular género chico a la comedia burguesa. En él actuaron algunos de los más destacados intérpretes españoles de los siglos XIX y XX, como Lola Membrives, Rosario Pino, Leocadia Alba, Catalina Bárcena, Emilio Thuillier, Jerónima Llorente o Ricardo Zamacois. Entre sus estrenos de mayor éxito estuvieron Los intereses creados (1907) de Benavente, Canción de cuna (1911) de Martínez Sierra, o el ballet de Falla, El amor brujo (1915).
A la muerte de Cándido Lara, en 1915, quedó el negocio en manos de su hija y con la dirección Luis Yáñez. Entre 1910 y 1930, la empresa superó el inconveniente urbanístico que supuso la dilatada construcción de la Gran Vía madrileña y que bloqueó el acceso a la Corredera. Se aprovechó el impás para hacer obras en el edificio, que en 1916 se le confiaron al arquitecto Pedro Mathet que hizo desaparecer el querido café donde hicieron tertulia Vital Aza, Benavente, Echegaray, Martínez Sierra, Julián Romea y los hermanos Álvarez Quintero, pero le diseñó una portada 'al gusto francés'.
Sentenciado e indultado
A punto estuvo de desaparecer el Teatro Lara poco antes de la guerra civil. Y no fue esta vez por la voracidad de un incendio o por la ambición no menos voraz de los especuladores inmobiliarios. La amenaza vino de su propietaria, Milagros Lara, hija y heredera del adinerado don Cándido que, por desconocido despecho dictó en su testamento que fuera derribado el teatro y construida allí una casa de vecindad, "cuyas rentas acrecentarían los ingresos de determinadas obras pías".
Siendo en aquellos días Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes republicano el institucionista Fernando de los Ríos y habiendo recibido "numerosas súplicas" para que evitase el derribo del Lara, resolvió "modificar la cláusula testamentaria, aplicando los alquileres del teatro a la "obra pía", que así resultó más beneficiada, pues se ahorraron los gastos de derribo y reconstrucción".
Aún pudo seguir el Lara deleitando a su público, cada vez menos exquisito, durante casi medio siglo más, hasta que fue cerrado en 1985. Tras su remodelación a cargo del constructor Luis Ramírez, su nueva dueña Carmen Troitiño, reabrió sus puertas el 14 de marzo de 1994, reestrenando una versión de la obra de Alfonso Paso Enseñar a un sinvergüenza.”
(Fuente)
[EN] “The Lara Theater is an ancient Italian-style theater built in 1879 at number 15 of Corredera Baja de San Pablo in Madrid's Barrio de Maravillas, in the surroundings of what has been known as the Malasaña area since the last third of the 20th century. It was born from the private initiative of the "plutocrat Cándido Lara", and was inaugurated on September 3, 1880. Among the most important premieres held in it, Los intereses creados (Vested interests ), by Jacinto Benavente, in 1907, and Falla's ballet El amor brujo (The witch love), in 1915. It has a capacity of 464 people and nine boxes.
History
Advised by the former ticket reseller Ramón García, well acquainted with the operation of the Madrid public, the businessman Cándido Lara, as shrewd a businessman as he was ignorant of theatrical matters, accepted his suggestion to include a theater in the new tenement building he was building. in the Corredera. This is how the Lara was built, taking advantage of the two spacious patios that the farm had and the plot next to San Roque street number 10. The project was by the architect Carlos Velasco who designed a place with three lobbies, "small, well-proportioned and pleasant-looking", popularly known as the Bombonera de Don Cándido. It was inaugurated on September 3, 1880 with the work by Bretón de los Herreros Un novio a pedir de boca (A boyfriend to ask for by mouth) . Following the slogan of its opulent owner and businessman to "hire the most expensive actors", the venue opened with the singular company formed by actors of the stature of Julián Romea, Balbina Valverde, or the comedian Antonio Riquelme.
The premises, inspired according to some scholars by the Parisian "Palais Royal", presented a classic facade with three bodies with a plinth, "intermediate giant order" that included "two floors and the coronation galleries". Inside, the room was spread over four stories with "delicate cast iron and railings", all very tasteful and well-proportioned. The design included a café on the ground floor that was never installed as the actors of the company gathered for the launch of the premises refused to do so. The plans also show that the entrance to the stage pits was through the neighboring farm, with the entrance through San Roque street, which with the reforms would be replaced by the fire escape and the loading and unloading area. Due to the municipal regulations in force in 1872, it has skylights in the dome, an iron curtain and two water tanks, one on the roof and the other on the ground, as fire fighting measures.
Without specializing in any genre, he ranged from the popular boy genre to bourgeois comedy. Some of the most outstanding Spanish performers of the 19th and 20th centuries performed in it, such as Lola Membrives, Rosario Pino, Leocadia Alba, Catalina Bárcena, Emilio Thuillier, Jerónima Llorente or Ricardo Zamacois. Among its most successful premieres were Los intereses creados (Vested interests) (1907) by Benavente, Canción de cuna (1911) by Martínez Sierra, or Falla's ballet, El amor brujo (The witch love (1915).
On the death of Cándido Lara, in 1915, the business was left in the hands of his daughter and under the direction of Luis Yáñez. Between 1910 and 1930, the company overcame the urban inconvenience caused by the lengthy construction of Madrid's Gran Vía, which blocked access to the Corredera. The impasse was used to carry out works on the building, which in 1916 was entrusted to the architect Pedro Mathet who made the beloved café disappear where Vital Aza, Benavente, Echegaray, Martínez Sierra, Julián Romea and the Álvarez Quintero brothers held gatherings, but he he designed a cover 'in the French taste'.
Sentenced and pardoned
The Lara Theater was about to disappear shortly before the civil war. And this time it was not due to the voracity of a fire or the no less voracious ambition of real estate speculators. The threat came from its owner, Milagros Lara, daughter and heiress of the wealthy Don Cándido who, out of unknown spite, dictated in his will that the theater be demolished and a tenement house built there, "whose rents would increase the income of certain pious works."
Being Fernando de los Ríos the Republican Minister of Public Instruction and Fine Arts in those days and having received "numerous pleas" to prevent the demolition of the Lara, he resolved to "modify the testamentary clause, applying the rents of the theater to the "pious work ", which thus benefited more, since demolition and reconstruction costs were saved."
The Lara was still able to continue delighting its public, each time less exquisite, for almost half a century, until it was closed in 1985. After its remodeling by the builder Luis Ramírez, its new owner Carmen Troitiño, reopened its doors on the 14th of March 1994, re-premiering a version of the work by Alfonso Paso Enseñar a un sinvergüenza (To teach a scoundrel).”
(Source)