
Palau dels Valeriola y su terrorífica historia
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En_Patufet
N 39° 28.432 W 000° 22.400
30S E 725938 N 4372657
El palacio, construido a principios del XVII, desde sus orígenes fue escenario también de grandes dramas. Entre sus muros, recuerda Sanz Ruiz, Geroni de Valeriola, ennoblecido por Felipe III en 1604, fue apuñalado y degollado.
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Location: Comunidad Valenciana, Spain
Date Posted: 01/14/2023
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El Palau dels Valeriola es todo un resumen de la historia de València. Lo tiene todo, incluso lo que ya no queda, lo que se daba por perdido. Su presencia en la iconografía valenciana es perenne desde su construcción. Un celebre grabado de 1762 muestra precisamente el palacio completamente engalanado y con sus huéspedes asomados en las ventanas con ocasión de las fiestas vicentinas de dicho año. En la Fundación trabajan con mimo lo que en ERRE Arquitectura denominan en su blog como “un reto que descansa sobre varios siglos de historia y cultura valenciana”. No exageran un ápice.
En su subsuelo se han encontrado restos del circo romano de València. El descubrimiento certifica el carácter primigenio de este espacio. Ahí, a unos metros bajo el nivel del suelo, fue donde nació la ciudad, donde dio sus primeros pasos. En ese mismo espacio gladiadores y esclavos dieron su vida para deleite de la plebe.
En el imaginario reciente de la ciudad el Palau dels Valeriola fue sede de uno de los pubs más insólitos, en el que se exhibían leones enjaulados; Pero también tiene un hueco para la historia del periodismo, ya que entre 1893 y 1931 albergó la imprenta y oficinas del diario local Las Provincias. Y mucho antes estaba el circo, la judería…, las raíces de todo. Y mucho más. Para comprarlo Herrero tuvo que negociar con Francisca Díez de Rivera, viuda del general golpista Alfonso Armada.
El palacio, construido a principios del XVII, desde sus orígenes fue escenario también de grandes dramas. Entre sus muros, recuerda Sanz Ruiz, Geroni de Valeriola, ennoblecido por Felipe III en 1604, fue apuñalado y degollado el 20 de octubre de 1606, un crimen que sospecha que fue por su condición de judío. Una muerte que causó gran conmoción en la València de la época.
Ahora, después de años de abandono y de deterioro, la Fundación Hortensia Herrero llevará a cabo su restauración. (finalización prevista en 2023)
EL ASESINATO:
El asesinato de don Geroni de Valeriola, que apareció degollado en su gabinete. Ocurrido el 20 de octubre de 1606, los jueces sospechaban que el autor de tal crimen fue su hijo: don Cristóbal de Valeriola, en compañía de don Luis de Sosa. Este último, que era amigo de bandoleros y de gente de mal, fue sometido a tormento y una forma curiosa de extorsión: abrazar al difunto Geroni para ver si este se estremecía.
Tal invento, o creencia de aquellos tiempos, resulto fallida, o al menos no como pretendió la audiencia. Sosa ni se inmutó, al igual que el fallecido que fue exhumado para la ocasión. Mientras este fue liberado, a pesar de que finalmente muriera en el garrote por otros actos cometidos, el hijo fue procesado finalmente y juzgado a muerte en el garrote vil, no sin antes confesar en la tortura previa a la ejecución los nombres que querían oír los fiscales. Pero aquellas no eran las últimas palabras de Cristóbal. En un acto de humanidad y dignidad, antes de morir en el garrote, gritó al pueblo que los nombres que dio a la audiencia, no eran los culpables.
El espíritu de don Jerónimo seguía sin descansar en paz, sin saber pues quien fue realmente el verdadero autor del fin de su vida. No fue hasta 13 años después cuando un 20 de octubre de 1620, su verdadero autor confesara casi en su lecho de muerte, como acto de perdón de sus pecados y liberar su conciencia. Fue Miguel Pertusa, antiguo jurado del Consell Valenciano y que se encontraba en la corte en calidad de síndico en febrero de 1620.
Confeso que actuó junto con dos matones catalanes y bajo las órdenes de don Crisóstomo Ruiz de Liori, enemigo mortal del patriarca de los Valeriola, asestándole una cuchillada en el cuello y ahorcándolo. La noticia de la confesión conmociono a toda Valencia y Crisóstomo falleció poco después de aquellas palabras, concretamente en marzo. Por desgracia, la vida quiso que el hijo de Geroni de Valeriola fuese culpado en vida de la muerte de su padre.