El puente salva el cauce del río Jarama en esta zona en que baja profundamente encajado en las pizarras negras de este extremo oriental del Sistema Central. Se encuentra junto a la localidad de Matallana, hoy día prácticamente deshabitada, que se asoma sobre el Jarama en su margen derecha y constituye su vía de comunicación con las localidades de Roblelacasa, la más cercana, y también Campillejo y Espinar. Todos estos núcleos (y muchos otros) forman parte de lo que se ha dado en llamar los "pueblos negros" o "arquitectura negra" por la peculiar fisonomía que les proporciona la construcción con la piedra de la zona, básicamente pizarras negras, con algunos esquistos y cuarcitas.
El despoblamiento generalizado de la región ha dejado los caminos casi en desuso y, con ellos, este viejo puente cuyo abandono se aprecia perfectamente en las fotos. A pesar de su aspecto, los troncos que lo sustentan parecen bastante sólidos y, al menos de momento, el paso parece seguro, aunque nunca se sabe... Actualmente su uso queda casi totalmente restringido a la práctica del senderismo por la zona.
Aparte de la visita al puente, merece la pena recorrer esta zona de agrestes paisajes y pequeñísimos pueblos casi despoblados, con la abrupta elevación del
Pico Ocejón siempre presidiendo las vistas hacia el este, cumbre de la sierra del Robledal, y los picos de la sierra del Lobosillo,
Tornera y
Centenera, al este, entre cuyos relieves traza su valle el río Jarama, justo antes de verter sus aguas en el embalse de El Vado.
En especial no debemos perdernos las preciosas
Cascadas del Aljibe, muy próximas a este puente en un paraje de gran belleza.